Y entonces nos perdimos / Ryan Andrews. Barcelona: Astronave, 2019. 336 pp. ISBN 9788467936445.

 

Todo comienza con una promesa: ese año intentarán llegar todavía más lejos que el anterior. Quieren ser capaces de ver a qué puerto arriba la numerosa flota de farolillos que los vecinos de su localidad, como viene siendo tradicional desde hace mucho tiempo, depositan en el río. Así, acompañándolos por la orilla con sus bicis, el viaje hacia la desembocadura promete ser para toda la pandilla una verdadera aventura. Aunque lo cierto es que tan solo serán Ben y Nate quienes cumplan a rajatabla esa promesa de no dar media vuelta y seguirlos hasta el final, tratando de descubrir si es cierto que acaban convirtiéndose en estrellas en la Vía Lactea.

Lejos de abrumar por el número de páginas en las que Ryan Andrews plantea la historia en Y entonces nos perdimos (https://www.editorialastronave.com/item/es/354-y-entonces-nos-perdimos), la narración fluye ágil a partir de la composición de las viñetas y de unos encuadres propios del séptimo arte. Este tebeo posee ritmo cinematográfico. La iluminación que imprime cierto aire fantástico, el magnífico abanico de personajes y su caracterización, el salto que se produce entre dos mundos aparentemente opuestos, uno real y otro de ficción, y la resolución de la trama nos traen a la memoria las maravillosas producciones del estudio Ghigli (La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro o El castillo ambulante). Andrews crea una etérea atmósfera en la que todo es posible con sus sinuosos trazos y la acertada elección del color.

Fantasía a raudales, una buena historia de aventuras y amistad, con un espléndido y más que destacado apartado gráfico donde la bóveda estrellada es un personaje más. Argumentos de sobra que no hacen sino atrapar irremediablemente al lector en una placentera y sorprendente aventura. ¡Disfrutadla!

Recomendado por la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic.