«¿Recuerdas cuando leíamos de corrido? Los científicos advierten de los efectos de la exposición a Internet y a las pantallas en la lectura profunda»

Así comienza este interesante artículo sobre lectura digital y  salud que publicó recientemente un diario nacional.

Aunque la lectura en eBooks, tablets, ordenadores o móviles hace tiempo que está instalada en la vida diaria de la gente, primero de forma tímida y últimamente a través de agresivas campañas comerciales a gran escala; es cierto que lo que se había publicado sobre el tema configuraba una suerte de «leyenda urbana» en torno a la literatura digital. Mas como suele ocurrir la realidad supera con creces a la ficción, ese panorama nada alentador que se auguraba desde diferentes sectores, finalmente se ha cumplido.

Como puede leerse en el artículo, tras llevar una andadura suficientemente larga experimentando la lectura en este cambio de soporte, los científicos han podido analizar este fenómeno con distancia, objetividad y datos contrastados.

Neurocientíficos y psicólogos observan cambios significativos en la capacidad de concentración y de inmersión en una lectura profunda de un amplio grupo poblacional que no necesariamente es nativo digital, sino emigrante digital.

Desde siempre la transmisión del conocimiento se había producido primero de forma oral, luego a través de un mensaje icónico y a medida que la escritura fue asimilada por más gente, el mensaje llegó de un modo icónico-textual. Entrada la Edad Moderna y con la reciente aparición de la imprenta se produjo un fenómeno de disglosia cultural que llevó a un sector de población que sabía leer, aunque no siempre escribir, pero que sí que conocía los signos gráficos, a elegir de forma voluntaria el modo de leer y de recibir el mensaje de la manera que estimara oportuna según el contexto en el que se situara. Con la llegada de la república de las letras, la escritura se vinculó a un ejercicio de poder y fue un símbolo cultural que ha perdurado hasta fechas recientes.

Quizá esta acotación parezca no venir al caso, pero en este artículo que podéis leer abajo, se afirma que estamos ante un evento cultural similar al que se produjo con la invención de la imprenta. Más yo me pregunto, el invento maguntino de los tipos móviles sirvió para difundir los impresos a una velocidad que antes nunca se había visto. Cierto que internet y la lectura digital y las redes sociales ha ofrecido y ofrece esta posibilidad también. La imprenta permitió el acceso a la cultura escrita de sectores sociales que antes no podían acceder a este conocimiento. La lectura digital también lo ha permitido. Probablemente la diferencia estribe en el cambio paradigmático que ha supuesto la sobreinformación con la que nos bombardean hoy en día, en la que continuamente se salta del texto a la imagen, al anuncio,  o a la lectura y escritura obligada de 140 caracteres que es la carta de calidad de alguna red social.

Han pasado más de 500 años desde que Gutenberg revolucionara el mundo, pero a la luz de las investigaciones no parece que volvamos a estar muy lejos de esa transmisión del lenguaje icónico-textual, eso sí ahora la población ya alfabetizada casi en su totalidad ejerce con más habilidad y soltura esa disglosia cultural que le permite acercarse a una exposición y pasar de largo por los elaborados paneles aduciendo el pretexto de que le faltan fotos y le sobra texto.

Efectivamente, las cosas están cambiando, quizás deberíamos cambiar el titular de la noticia por el de ¿Hábito de leer vs hábito de mirar?

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